¿Cuándo Ir al Veterinario?

Como veterinario, sé que a veces no es fácil saber cuándo una situación realmente requiere una visita urgente al consultorio. Te voy a explicar de manera sencilla cuáles son las verdaderas señales de alarma y qué puedes hacer en casa mientras decides si es necesario salir corriendo con tu peludo.

Hay 8 síntomas que NO debes ignorar nunca: vómitos que no paran (más de 3 en pocas horas), diarrea con sangre visible, letargia extrema (no responde a estímulos que normalmente le interesan), dificultad para respirar (jadeo excesivo sin causa), convulsiones, abdomen hinchado y duro, más de 24 horas sin comer, y fiebre superior a 39.5°C. Si notas cualquiera de estos síntomas, es momento de actuar rápido. No esperes 'a ver si se le pasa'. También presta atención a cambios súbitos de comportamiento: si tu mascota súbitamente se esconde, llora sin razón aparente, o camina de manera extraña, algo está pasando. La regla de oro es: si tu instinto te dice que algo no está bien, probablemente tengas razón. Es mejor una falsa alarma que lamentar haber esperado demasiado.

Un botiquín básico puede salvarte en momentos críticos. Incluye: termómetro digital (¡fundamental para detectar fiebre!), gasas estériles y vendas elásticas para heridas, solución salina para limpiar, guantes desechables, jeringa sin aguja para dar medicamentos líquidos, manta térmica, y una linterna pequeña para examinar mejor. También ten carbón activado (solo úsalo si el veterinario te lo indica por teléfono), peróxido de hidrógeno al 3% para inducir vómito (nuevamente, solo bajo supervisión veterinaria), y los números de teléfono de emergencia pegados en la tapa del botiquín. Guarda todo en una caja fácil de encontrar y revisa las fechas de vencimiento cada 6 meses. No olvides incluir cualquier medicamento específico que tu mascota tome regularmente. La clave está en tener todo organizado y a mano, porque en una emergencia cada minuto cuenta y no querrás perder tiempo buscando cosas.

Hay cosas simples pero efectivas que puedes hacer mientras vas camino al veterinario. Para heridas sangrantes: presión directa con gasa limpia, nunca quites el primer vendaje si se empapa, pon otro encima. Si hay algo clavado, NO lo saques, inmovilízalo. Para quemaduras: agua fría (nunca hielo) por 10-15 minutos. Si tu mascota se está ahogando: abre su boca, mira si puedes ver el objeto y retíralo con pinzas, nunca con los dedos porque puedes empujarlo más adentro. Para golpe de calor: llévala inmediatamente a la sombra, aplica paños húmedos y frescos (no helados) en patas, cuello y axilas, y ofrece agua en pequeñas cantidades si está consciente. En casos de convulsiones: mantén la calma, aleja objetos con los que pueda golpearse, NO metas nada en su boca, y cronometra cuánto dura la convulsión. Recuerda: estos son primeros auxilios, no reemplazan la atención veterinaria.

¡Tiempo récord! En intoxicaciones cada minuto es oro. Primero: identifica QUÉ comió, CUÁNTO y CUÁNDO (toma foto del envase si es posible). Llama inmediatamente a tu veterinario o centro de toxicología veterinaria. NUNCA induzcas vómito a menos que un profesional te lo indique, porque algunas sustancias (como lejía o derivados del petróleo) causan más daño al volver a pasar por el esófago. Los tóxicos más comunes son: chocolate, uvas, cebolla, ajo, xilitol (chicles sin azúcar), ibuprofeno, paracetamol, plantas como lirios, productos de limpieza y raticidas. Si el veterinario te dice que induzcas vómito, usa peróxido de hidrógeno al 3%: 1 ml por kilo de peso en perros (NUNCA en gatos). Mantén a tu mascota calmada y cálida mientras vas al veterinario. Si está inconsciente, colócala de lado para evitar que se ahogue con su propio vómito.