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El Leviatán y el contrato social
Thomas Hobbes (1588-1679) es considerado el fundador del pensamiento político moderno. Su obra principal, Leviatán (1651), presenta la primera teoría sistemática del contrato socialy la justificación racional del Estado.
Hobbes vivió en una época de profunda crisis: la Guerra Civil inglesa (1642-1651) enfrentó al Parlamento contra el rey Carlos I, quien acabó decapitado. Este contexto de violencia y desorden marca profundamente su pensamiento.
El Leviatán: El título hace referencia al monstruo bíblico del Libro de Job. Para Hobbes, el Estado es un “dios mortal”, una creación artificial pero todopoderosa que garantiza la paz y la seguridad.
Hobbes parte de una pregunta fundamental: ¿cómo serían los hombres sin Estado, sin poder común que los gobierne? Su respuesta es pesimista: el estado de naturaleza sería una situación de guerra de todos contra todos.
“En una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente, no hay cultivo de la tierra, ni navegación... no hay artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe un continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.”
— Hobbes, Leviatán, cap. XIIIHobbes identifica tres causas principales del conflicto:
Los hombres compiten por bienes escasos: riqueza, honor, poder
Cada uno teme que el otro le ataque primero, lo que genera ataques preventivos
Los hombres buscan reconocimiento y están dispuestos a luchar por él
Paradójicamente, Hobbes parte de la igualdad natural de los hombres. No una igualdad moral, sino física e intelectual:
“La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu que, aunque pueda encontrarse a veces un hombre manifiestamente más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando se considera en conjunto, la diferencia entre hombre y hombre no es tan importante.”
— Hobbes, Leviatán, cap. XIIIIncluso el más débil puede matar al más fuerte (mediante astucia, alianzas o mientras duerme). Esta igualdad de poder genera igualdad de esperanza en conseguir los fines, y por tanto, conflicto.
Consecuencia radical: En el estado de naturaleza no hay justicia ni injusticia. “Donde no hay poder común, no hay ley; donde no hay ley, no hay injusticia.” Los conceptos morales solo tienen sentido dentro del Estado.
¿Cómo salir del estado de naturaleza? Los hombres, guiados por el miedo a la muerte y el deseo de una vida cómoda, pactan entre sí crear un poder común:
“Autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que tú transfieras a él tu derecho, y autorices todos sus actos de la misma manera.”
— Hobbes, Leviatán, cap. XVIILos súbditos pactan entre sí, no con el soberano. Este no es parte del contrato.
Una vez transferido el derecho, no se puede recuperar sin el consentimiento del soberano.
El soberano recibe todo el poder necesario para garantizar la paz.
Solo hay obligación de obedecer mientras el soberano proteja. Si no puede, cesa la obligación.
El soberano (que puede ser un monarca o una asamblea) posee poderes prácticamente ilimitados:
¿Por qué tanto poder? Hobbes argumenta que un poder dividido o limitado no puede garantizar la paz. Los conflictos entre poderes (rey vs. parlamento) fueron precisamente la causa de la Guerra Civil. Solo un poderindivisible e irresistible puede prevenir el retorno al estado de naturaleza.
Aunque el poder del soberano es absoluto, Hobbes reconoce algunos límites:
La libertad consiste en hacer todo aquello que la ley no prohíbe. “El silencio de la ley” permite la libertad de movimiento, comercio, educación de los hijos, etc.
Tensión fundamental: ¿Puede llamarse “libre” a quien vive bajo un poder absoluto? Para Hobbes sí: la alternativa (el estado de naturaleza) es peor. La libertad política es imposible sin seguridad, y la seguridad requiere un poder fuerte.
La influencia de Hobbes es paradójica: fue rechazado por casi todos sus contemporáneos (ateos, absolutistas, republicanos), pero sus ideas fundamentaron el pensamiento político posterior:
Contribuciones fundamentales:
• El Estado como construcción artificial, no natural ni divina
• La legitimidad basada en el consentimiento (aunque hipotético)
• El individualismo metodológico: partir del individuo para explicar la sociedad
• La soberanía como poder indivisible
• El estado de naturaleza como herramienta conceptual
• La seguridad como fin primario del Estado
Locke, Rousseau y Kant criticaron a Hobbes, pero aceptaron su marco básico: el contrato social, el estado de naturaleza, la legitimidad por consentimiento. Incluso hoy, cuando hablamos de “estado fallido” o de zonas sin ley, evocamos el fantasma hobbesiano de la guerra de todos contra todos.